El mito no puede definirse ni por su objeto ni por su materia, pero tal vez podamos afirmar sin temor a equivocarnos mucho que los mitos no solo son el alimento simbólico del espíritu, como suele decirse, sino que simultáneamente, y de modo reversible, la comida, los alimentos para el cuerpo, se constituyen en uno de los códigos significativos de aquel.
Construidos en su aspecto formal sobre una lógica de las cualidades sensibles los temas míticos se atienen a los cinco códigos sensoriales: visual,auditivo,olfativo, gustativo y táctil, y se van interconexionando unos con otros dando soporte a la energía que permanece en los recuerdos, principio esencial del que proviene toda forma de vida y probablemente de olvido.
En Euskera «Indar» designa conceptos como fuerza, valor capacidad y violencia, entendida ésta como la raíz vital que entronca con el centro de lo sagrado
En oposición a «Indar» «saudade» de origen portugués o gallego viene a ser como hambre. En palabras de Clarice Lispector «Saudade»ocurre cuando se come la presencia. Indarra es agalma y es renovar la fuerza, algo que en efecto puede ocurrir de forma necesaria y enormemente contagiosa cuando se come y se comparte la comida.
Saber y sabor: conocimiento compromiso y saber gastronómico.