En la sugestiva producción artística de Rut Olábarri, una máquina parece poner en juego varias estructuras simultáneas que atraviesa y a las que pone en incesante movimiento. Podríamos hablar entonces, en primer lugar, de una máquina social constituida por un ámbito de dominio: El Doméstico, constituido por un cuerpo (campo) lleno de imágenes que ella crea para conformar un continuo siempre cambiante y divisible en partes más pequeñas, en detalles minuciosos y en simetrías apariciones y desapariciones. Tiene la capacidad Rut, de introducir los fragmentos en fragmentaciones siempre nuevas sobre las cuales se proyecta lo puramente visual. Lo visual de la casa y lo doméstico queremos decir, tan integrados ambos en nuestra intimidad personal, pues para Ajuar Doméstico consideramos lo familiar y lo privado como una opción política vista desde lo personal o subjetivo, en la que lo privado podría considerarse así desde lo social y lo propiamente político como alternativa. La regla de producir es siempre el producir al producto y esta regla se cumple ampliamente en los trabajos de Rut Olábarri
La primera estructura comporta al menos un elemento que no es funcional con respecto a ella; pero que lo es tan solo en la segunda. Se trata de la relación de la mirada con el dibujo, y probablemente de la anulación intencionada de la mirada. Una mirada modernista si nos atenemos a los objetos que aparecen en las imágenes de Rut y que ella suele calificar «cosas de antes» y a los estampados Modern Painters de John Ruskin que Rut diseña admirablemente para los vestidos de sus heroínas inspiradas casi siempre en su bisabuela y abuela por un efecto de repliegue sobre la historia real de esas magníficas mujeres que resultan de una actualidad sorprendente para nuestros intereses en Ajuar Doméstico pues si las nuevas sociedades pueden hoy ser definidas como sociedades del trabajo inmaterial, -sociedades del conocimiento-, hay que reconocer entonces que a las prácticas de producción simbólica orientadas a la producción transmisión y circulación en el dominio público, de los afectos y los conceptos, les corresponde un total y absoluto protagonismo.
El sociólogo francés Pierre Bourdieu (1930/2002) considerado uno de los más importantes de la segunda mitad del siglo XX por la relevancia de sus investigaciones en los campos de teoría social y sociología de la cultura acuñó conceptos como Hábitus (Formas de obrar y pensar) y Campo (Espacio social de desarrollo) que dotados de una muy sutil finura intelectual y vocación de originalidad se materializaron en publicaciones como «La Distinción: Criterio y bases sociales del gusto» editada en 1979. En esta obra impone una lectura formalista de la obra de arte y una reformulación sobre las tradicionales interrogaciones acerca del arte, lo bello, el gusto, lo adecuado y lo inadecuado, lo que vale la pena y lo que no vale la pena…. Desde estos parámetros podríamos simplificando mucho, definir el habitus como un conjunto de esquemas generativos a partir de los cuales los sujetos perciben el mundo y actuan en él. Y al gusto, como la extraña capacidad de hacer distinciones que nos distinguen.
…. Es por eso, que partiendo de estas premisas consideremos en Imatra que frente al descomunal poder de influencia de las redes sociales, la publicidad, y el consumo, quizá lo más característico de las nuevas sociedades sea su transformación estructural en cuanto a las relaciones de producción y es en esta transformación donde las prácticas artísticas pensamos deben encontrar su lugar en relación a todos los procesos de transformación.
Desde esta perspectiva, en Imatra pretendemos una intermediación entre artistas, clientes, amigos y visitantes para la producción distribución e intercambio de objetos de uso práctico -o no tan práctico- pero que tengan la capacidad de mover a reflexión, pensados para la casa, agrupados bajo la denominación Ajuar Doméstico. La casa y lo doméstico es el ámbito desde donde entendemos esta iniciativa como un modo de alimentar nuestras necesidades de sentido y deseo, de significado y placer porque la casa, ese pliegue de lo íntimo es por excelencia el lugar de la reciprocidad, la hospitalidad y el intercambio y elegir el ajuar doméstico es una manera de hacer distinciones que nos distinguen en el sentido de un consumidor atento que elige su opción.
En esta primera entrega presentamos un mantel de los artistas Ana Esther Calle y Luis Candaudap pensado como regalo de bodas, nada convencional para unos amigos. El mantel como lugar emblemático donde se despliega el don como lugar de la reciprocidad la hospitalidad y el intercambio.
En la imagen superior detalle del mantel, con la mesa en ese tránsito en que los alimentos están ya a punto en el horno, esperando que alguien elija el vino, y el vino elegido llene las copas y se suba con levedad a la cabeza de los comensales.
Del universo a la epidermis, pliegues y pieles se suceden configurando nuestra singularidad y nuestros afectos: vestimentas, casas, identidades, paisajes…Más acá de su nombre, de su ley y su territorio, más acá de su propiedad protectora, cubriente, la casa es el lugar de la bondad del día y del alimento materno: lo material, lo maternal, lo matutino, lo maduro y el maná, apuntan a una blancura líquida y luminosa. Así existe en la casa un hogar central, el fogón, lugar sacramental de la cocción de la sopa vital donde su produce la transustanciación que convierte el veneno en alimento, el lugar en manjar, donde se produce la comunión, la comunicación donde el cosmos se alimenta. Y en el borde de ese universo, existe un vórtice, un agujero negro que confina lo indeseable, lo impropio, lo indoméstico, donde la simetría excremental se oficia en un pequeño templo cuya limpieza enmarca ese rito de desalojo que purifica el miedo, el asco, la otredad de ese otro líquido oscuro, putrefacto e irreferente de lo mortal. La letrina se convertirá por ello en un lugar de distanciamiento y contemplación, extremadamente privado, de un tiempo de identidad y adorno, un tiempo radicalmente cosmético. Lo que se contempla es el firmamento, bajo la óptica invertida de la cámara oscura de la consciencia. La blacura y el espejo rodean a ese sumidero, tal y como la oscuridad y la concavidad rodean a las estrellas. Cocina y letrina son lechos donde yace el cosmos de acuerdo a una topología tórica cuyo agujero central es lugar de eclosión y colapso.
Del universo puede decirse que no puede decirse, lo mismo que el lenguaje. Cada signo es sobre todo su sombra inespugnable, invisible, aquello que sin darnos cuenta más nos conmueve y nos hace sentir, hacer y decir. El secreto de la representación, de la mirada, remite a la opacidad de la evidencia: lo que vemos, lo que damos por visto, es apenas el velo luminosa sobre el rostro intratable del saber del que no queremos saber. No vemos cómo no vemos lo que no vemos. Con todo, existen los trucos, los pliegues mediante los cuales lo inerte puede incluso -sin cambiar- convertirse en materia artializada, en ser sentiente, pensante, imaginante, doliente, gozoso. La consciencia es uno es uno de esos trucos de lo real, por imposible, mediante el que puede ser visto lo que no se puede ver, mediante el que una parte puede llegar a sentir de qué modo el todo al que pertenece le confiere su singularidad…..La letra comprende el poema; la estrella la constelación, el artista su obra, el amante su amor… y de esa paradoja irresoluble, sostenida en el abismo, se basan los conocimientos humanos y los demasiado humanos.
El truco atiende a las fisuras por las que se cuela algo de lo real, de lo insabido; la burbuja de lo cotidiano, con sus instrucciones disfrazadas de sentidos y significaciones, flota como un planeta transparente, pero sólo cuando algo perturba su membrana, desvela los poros y las aporías, convirtiendo el velo de la mirada en agujero y aguja; su falta de recursos es el núcleo de la vivacidad de sus invenciones. Desde el firmamento al muro, esos velos están recorridos por brillos suspensivos, agujas de lo real que se presentan como desfíos e incógnitas. Desde la noche estrellada a la pared manchada, esos velos se ofrecen dúctiles a ser modelados por la mirada: sobre lo aleatorio de un campo rico, las uniones generan formas: astronomías y astrologías, biologías y filosofías, sopas vitales, vías lácteas, cifras y poemas, letrillas y letrros, seguros azares, efectos ópticos que son la proyección de un deseo desconocido, furtivo, en el que cada cual se la juega. Y use o no trucos, quien pretende ganar siempre, no juega, trampea. Pues una jugada de signos jamás abolirá el abismo.
NOTA TÉCNICA : El proyecto VIA LETTERA propone una solución ornamental para espacios domésticos alicatados. Se trata de ofrecer la posibilidad de una versión personalizada y original para cada proyecto decorativo. Partimos de la noción del muro como lugar de una apertura que en este caso apunta hacia el lugar lúdico del pasatiempo. Si la imagen se abre al espacio, el pasatiempo convierte el instante de la mirada en una apertura temporal mediante el reto de una resolución que apela a la memoria. Las cifras y las letras flotan en el océano de la consciencia agrupadas en constelaciones. VIA LETTERA promueve un juego de acuerdo a esa astronomía interna. Para ello VIA LETTERA dispone de un completo abecedario y numerario de caracter modular para componer conjuntos personalizados o temáticos, como sopas de letras, crucigramas, cuadrados mágicos, etc. Cada cocina o cada baño puede establecerse específicamente como vinculado a un asunto, a un autor, a una fábura, a un deseo.
Texto de Juan Luis Moraza escrito en 2002 para la exposición CÓSMOSIS realizada en Imatra c/ Costa 12-14 48010 BILBAO
En la imagen: Luis Enguita, Carmen Cantón, Juan Luis Moraza y Pilar Blanco en la presentación a la prensa de la exposición CÓSMOSIS. Sostienen la aportación de DO CREATE a la muestra: Do Shirt. La clásica camiseta blanca de algodón cuya talla ha sido incrementada 10 veces. El usuario crea la función. Está fabricada en algodón 100×100 y se puede lavar en la lavadora, pero eso no importa realmente, porque siempre será un poco grande para un uso normal. Do Create buscaba una persona apropiada para ella
En el suelo uno de los proyectos de Vía Lettera
Edificar. Del latín edificare. compuesto con las raíces aedes, edificio y facere, hacer. Construir una casa o cualquier obra de albañilería provista de techo, donde se pueda albergar alguien o algo. Servir una persona o sus actos,su religiosidad, su virtud, etc, de ejemplo que invita a otras personas a seguirlo. De María Moliner: Diccionario de uso del español
Habituados en Imatra a dotar de sentido a las exposiciones, como una suma de ambientes, sonidos, luces, y obras realizadas muchas veces en colaboración. Así, en la fotografía realizada por Erika Ede, podemos ver un fragmento de la obra pictórica de Ana Román titulada: «El ruido que viene de arriba» (2007) además de maqueta para vivienda unifamiliar O.G.B. y lámpara Kaiser Idell un diseño original Bauhaus sobre una mesa de linóleo rojo de Moormann.
Imatra. Calle Costa 12-14. 48010 BILBAO
En su libro «Autoprogettazione» editado en 1975, el diseñador italiano Enzo Mari (1932) trasmite la importancia de los materiales y los procesos constructivos en la fabricación de los muebles y los objetos cotidianos, confiriendo al usuario de los mismos, el estatus de sujeto protagonista tanto del objeto como del proceso del que participa activamente. Este diseñador y teórico fundador también del movimiento «Nuova Tendenza» ha donado los derechos de reproducción de su mobiliario a una organización de refugiados berlinesa. Cuando al valor utilitario de un objeto, se suma el valor simbólico, el diseño en su doble naturaleza de objeto prótesis y objeto signo adquiere una dimensión apropiada para conformar el marco flexible de una multiplicidad de disposiciones.
Al contrario, el capitalismo postindustrial apuesta por una sociedad de servicios en el que las prestaciones se proporcionan a través de objetos micronizados, como las pantallas de los móviles y se configuran como temas básicos el suministro de la energía y la información. La manera en que se aprecian los objetos ha variado sustancialmente.
Quizás lo más característico de las nuevas sociedades es en efecto su transformación estructural en cuanto a las relaciones de producción, su terciarización. En las sociedades del postfordismo, la parte más importante del trabajo que se realiza ya no tiene por objeto la producción de bienes materiales, sino que se orienta a la producción intelectual y afectiva, a alimentar nuestras necesidades de sentido y deseo, de significado y placer. Al mismo tiempo, también el consumo de bienes inmateriales, cuya circulación está regulada por las industrias culturales definitivamente fundidas con las del ocio y la comunicación, está tendiendo a convertirse en el modo principal del consumo.
La consecuencia es que la centralidad antes ocupada en cuanto a la generación de riqueza por la posesión del capital bascula ahora hacia la posesión de la propiedad intelectual, objeto principal de la nueva reordenación del sistema capitalista. Las prácticas artísticas deben encontrar su lugar en relación a todos estos procesos de transformación
Para las nuevas prácticas artísticas no es ya que carezca por completo de sentido hablar de original; ni siquiera lo tiene hablar de las copias (como no lo tiene hablar de copias cumplido el tránsito del disco hacia el MP3). El tiempo en que el régimen de circulación pública de los productos resultantes de las prácticas artísticas se refería a algún tipo de «objetos» está, por completo cumplido y acabado.
El diseño y su enseñanza se encuentran en una encrucijada. Un camino conduce a un jardín de fabulaciones, mientras el otro, en el que nos gusta situarnos al lado de otros pioneros, abre nuevos caminos, que conducen a una tarea inagotable. Inagotable, porque el destino de los objetos es de algún modo compartir el nuestro, por estar nuestra vida ligada de manera inextrincable a ellos. En un brillante ensayo escrito en 1934 «Las cosas y el ello» Ramón Gómez de la Serna, su célebre autor, nos dice cómo hay una América indescubierta en las cosas y cómo la materialidad de los objetos resbala en nuestras vivencias, por lo que debemos dejar que los objetos alcancen su autonomía
El buen desarrollo de los objetos está familiarizado con el ayer, reconoce las necesidades del hoy y trabaja para el mañana
En la sugestiva producción artística de Rut Olábarri, una máquina parece poner en juego varias estructuras simultáneas que atraviesa y a las que pone en incesante movimiento. Podríamos hablar entonces, en primer lugar, de una máquina social constituida por un ámbito de dominio: El Doméstico, constituido por un cuerpo (campo)
El sociólogo francés Pierre Bourdieu (1930/2002) considerado uno de los más importantes de la segunda mitad del siglo XX por la relevancia de sus investigaciones en los campos de teoría social y sociología de la cultura acuñó conceptos como Hábitus (Formas de obrar y pensar) y Campo (Espacio social de
Del universo a la epidermis, pliegues y pieles se suceden configurando nuestra singularidad y nuestros afectos: vestimentas, casas, identidades, paisajes…Más acá de su nombre, de su ley y su territorio, más acá de su propiedad protectora, cubriente, la casa es el lugar de la bondad del día y del alimento
Edificar. Del latín edificare. compuesto con las raíces aedes, edificio y facere, hacer. Construir una casa o cualquier obra de albañilería provista de techo, donde se pueda albergar alguien o algo. Servir una persona o sus actos,su religiosidad, su virtud, etc, de ejemplo que invita a otras personas a seguirlo.
En su libro «Autoprogettazione» editado en 1975, el diseñador italiano Enzo Mari (1932) trasmite la importancia de los materiales y los procesos constructivos en la fabricación de los muebles y los objetos cotidianos, confiriendo al usuario de los mismos, el estatus de sujeto protagonista tanto del objeto como del proceso
We wait for you in: Messe Züritz GIARDINA halle 1D 40 -13-17 march DVELAS shows its outdoor furniture design collection made with upcycled sails in Switzerland Más información en Imatra. Calle Costa 12-14 48010 BILBAO. telf 94 415 76 90 www.imatrabilbao.com
Quizás lo más característico de las nuevas sociedades es en efecto su transformación estructural en cuanto a las relaciones de producción, su terciarización. En las sociedades del postfordismo, la parte más importante del trabajo que se realiza ya no tiene por objeto la producción de bienes materiales, sino que se
Para las nuevas prácticas artísticas no es ya que carezca por completo de sentido hablar de original; ni siquiera lo tiene hablar de las copias (como no lo tiene hablar de copias cumplido el tránsito del disco hacia el MP3). El tiempo en que el régimen de circulación pública de
El diseño y su enseñanza se encuentran en una encrucijada. Un camino conduce a un jardín de fabulaciones, mientras el otro, en el que nos gusta situarnos al lado de otros pioneros, abre nuevos caminos, que conducen a una tarea inagotable. Inagotable, porque el destino de los objetos es de
© Imatra Bilbao