En la fructífera década de los años cincuenta del pasado siglo. George Nelson y Henry Wrigth escribieron La vivienda del mañana. Como planear ahora su hogar para el futuro. En este sugerente libro editado en Buenos Aires en 1.958 ambos autores teorizan sobre la necesidad de dotar a la vivienda de piezas que sirvan para distintos usos, una flexibilidad que implica una mayor variedad de uso y versatilidad, entendidas como potencialidad.
Un modo de entender la casa como una reunión de habitaciones autosuficientes, acorde con la cada vez más heterogénea clase de vínculos que se establecen en el terreno de las relaciones familiares.