La estética comete una extraña contradicción cuando ve en la obra de arte un regalo que nos transporta más allá de nuestras posesiones reales y al mismo tiempo presupone que la completamos por una plena representación de la realidad.
En la configuración de la estructura decimos que aquí vemos una piel
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Dos acepciones de la palabra piel o la piel desdoblada: en el sillón y en el cuadro.
Entre dos acciones, entre dos afectos, entre dos percepciones, hacer que se vea lo indiscernible, es decir la frontera.
Caballs trata de aperturas, incisiones en la carne por las que atraviesa la luz; ese es todo el tema de la pintura, no de mi pintura sino de la pintura en general.
De manera más particular la forma de lardo, tira, pellejo… que atiende a la acción de despellejar, se puede relacionar aquí -y de forma más temática si se quiere- con la piel del vencido (sarcasmós), y aquel ropaje, mitad escarnio mitad ofrenda, de las pieles sarcásticas, entretejidas con las pieles arrancadas a los caídos en combate.
Por supuesto que todo esto no explica -ni debe explicar- el ánimo privado con el que esas formas han llegado a mostrarse.