ultramarina

La Carta

5-2009-foto-carta

Viendo las UNTITLED  FILM  STILLS de José Ramón Amondarain, pienso en el término gestor de imágenes que él utiliza, ya no creador sino alguien que trabaja sobre un cliché, aunque éste sea «obra», es decir que cuenta con autor detrás, autoría o incluso lo aurático que no es nada desdeñable. José Ramón se incrusta ahí y con una técnica «manufacturada», más subjetiva que otras por lo que lo manual parece que conlleva, completa lo incompleto de las imágenes originales de Cindy Sherman. Para ello utiliza unas pinturas intratables como son los gouaches secas, menos dotadas para representar que otros medios y en papel, escalón anterior en el ranking de los materiales de la pintura. El resultado, visto en la distancia que produce el ordenador, es un poco antipático, resultado de la elección del procedimiento y el soporte. La penúltima pirueta es el paso mediante digitalización al soporte «fotográfico», similar al original, de las imágenes que él ha completado. Eso sí, manteniendo el plus en cuanto a mayor representación que aportaba el color frente al b/n, incluyendo también lo ideado, imaginado por José Ramón (¿deseado también?), pero no demasiado literal.

En la transposición, otra vez, el medio fotográfico se ve enrarecido por la intervención de una indefinición que inmediatamente remite por paternidad a otro conocido pintor, al que, metonímicamente el proceso del flou o de la «blurred image», enseguida señala.

Indefinición en Pintura que identifica un tipo de trabajo en pintura de origen referencial fotográfico y que en el agitar de la mano sobre la materia pintura fresca, provoca el flou o bien produce un efecto en superficie, inmediatamente identificable con un recurso procesual, devenido en estilo. Hablamos de Richter.

Pues al final la foto de José Ramón se refiere al cuadro y el cuadro se refiere a una instantánea que él recrea.

Txus Meléndez.2009.  Carta acerca de  UNTITLED  FILMS  STILLS de José Ramón Amondarain  actualmente en Imatra.

9 comentarios

  1. Lo «numinoso» del Arte se basa en tres estadios que el sujeto experimenta ante las obras artísticas: 1. El misterio del Arte es inexpresable en palabras; 2. El silencio de los objetos del Arte cimienta su presencia imposible de verbalizar; 3. El silencio estremece, y sentimos ante lo inefable del Arte la fascinación (arrobamiento) de sus manifestaciones.

  2. Puede que la eficacia de las Untitle Film Stills resida en el cruce de dos procedimientos. Puede…
    En cualquier caso resulta de interés observar la imagen de lo real en el contexto que Pilar Blanco plantea en el espacio de Imatra y las imágenes representadas desde lo pictórico.
    La carta texto de Txus Meléndez por cuanto tiene de evocadora ayuda a entenderlo mejor.

  3. Sí, la imagen es felicidad, pero cerca de ella reside la nada y todo el poder de la imagen no puede expresarse más que llamándola. Quizás haya que añadir que la imagen, capaz de negar la nada, es también la nada sobre nosotros. Una es ligera, y la otra inmensamente pesada. Una brilla, y la otra es el espesor difuso en que la nada se muestra.

  4. A pesar de lo borroso la mujer es reconocible. El contenido de la carta en modo alguno: por algo la correspondencia es no solo privada si no imborrable.

  5. Es que, Jorge, esta correspondencia es comprometida,por cuanto constantemente refiere a la existencia de unas misteriosas cartas que en poder del malvado Ministro D. se encuentran en un lugar ignoto.

  6. Gracias. No lo sabía. Ergo y siempre con tu permiso me pondré una medalla: ¡que intuición tengo!

  7. Pero cuando Dupin se hace, finalmente, con la carta que escondía en lo visible, da pie a que, años después, James M Caan pueda escribir The Postman Always Rings Twice, demostrando con ello que las cartas, por más coleccionistas que quieran hacerse de ella, siempre llegan a su destino. La colección es un robo, sostenía Proudhon.

  8. Pero cuando Dupin se hace, finalmente, con la carta que el ministro D escondía en lo visible, da pie a que, años después, James M Caan pueda escribir The Postman Always Rings Twice, demostrando con ello que las cartas, por más coleccionistas que quieran hacerse de ella, siempre llegan a su destino. La colección es un robo, sostenía Proudhon.

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