Parar el rojo es meritorio, pues el rojo avanza sobre la figura, y tiende a anegarla. Es un miedo muy antiguo, ya que el rojo, ese rojo venoso, está dentro del cuerpo y sólo en determinadas ofrendas debe salir. Me paré de noche ante esa cabeza que aguantaba el rojo del cuadro, le dí las gracias …. (Scardanelli)
VENTANA 244 ART SPACE
Esta galería neoyorkina acoge durante el próximo mes de diciembre de 2011 una nueva exposición de Ignacio Sáez o La Lengua Obesa
VENTANA 244 ART SPACE. 244N6th Street BROOKLING NY
Mas información en Imatra. Vda de Epalza 13 48005 BILBAO telf 94 415 76 90
12 comentarios
Salvo la silla -véase, el respaldo, el asiento y las ruedas- todos los demás objetos son cilíndricos. Incluso, si me apuras, el culo dada su forma estilizada
cierto
martinetes de paño golpean lo real
Desde otro lado podría evocar una txalaparta
Gómez de la Serna, «Senos».
Ruego definición de txalaparta ya que soy muy mal pensado
En wikipedia esto se dice de la txalaparta:
La txalaparta es un instrumento de percusión tradicional del País Vasco. Generalmente consta de dos soportes (cestos, sillas, banquetas, etc.), sobre estos algún material aislante (hoja de maíz, sacos viejos enrollados, hierba seca, etc.) y sobre esto un tablón que es golpeado con cuatro palos (dos cada Txalapartari). Las maderas más utilizadas para el tablón han sido el aliso, fresno, castaño u otras del país. Aunque tradicionalmente cada txalaparta solía tener dos o tres tablas de madera, recientemente es habitual encontrar txalapartas formadas por una docena de tablas.
Llamar a todos los del valle cuando se abría el barril de sidra en primavera era una de las funciones de la txalaparta todavía en los años treinta del siglo XX, como el irrintzi, las poblaciones de montaña se llamaban a través de éstos códigos provenientes de la antigüedad, sonidos distinguibles y, a la vez, indistinguibles de la naturaleza.
Si la txalaparta es, en definitiva, un tambor, ya me dirás como «desde otro lado la foto podría evocar una txalaparta». El otro lado solo puede ser el frontal. Salvo que te refieras al brinco del hombre y su repercusión en el suelo a modo de tambor -véase, txalaparta-
Claro Jorge, es el brinco, se trata de una onomatopeya visual de ruido, una explosión que perturba el tiempo, no el silencio, un origen puntual que someta la danza caótica del rito.
Una vez aclarado, la pregunta seria ¿a quién llama «éste» de formas andróginas, si está más solo que la una?
¿Y tú que sabes? los humanos escondemos algo extremadamente poderoso y desconocido bajo el nombre y la práctica de «las artes»
Darling, me lo pones en bandeja ya que «ese Diógenes» esconde algo que algunos/as consideran ciertamente poderoso. En fin, no sigo porque hablamos de otro arte….
Como bien dice Inframince en Amarilloreando el que quiera entender que entienda.
Cualquier aficionado al flamenco sabe que los martinetes se inician habitualmente con el consabido tran-tran del insustituible martillo sobre el yunque en un compás de seguiriya (3×4) y (6×8) donde sonidos palabras y formas no son otra cosa que grietas donde escapar, como parece sugerir la imagen de anuncio de exposición, imagen contenida y muy bella donde el artista en su salto parece retener hacia dentro un cierto temor.
Contención y miedo que explosiona en la imagen de la siguiente entrada en un concentrado de oro y oscuro.