Prenda del canje, éste sería el peculiar rodeo del retrato.
El retrato es aquello que resbala, que circula, vector de una autoridad que no remitiría a la descripción de un sujeto sino a la autoridad de un significante que avala lo que dice, hasta el punto de no necesitar ningun referente para existir. El retrato señala así el lugar de los simbólico
4 comentarios
El retrato se instala en la creencia de que remite a algo que queda fuera del comercio entre el objeto que representa y aquel que lo visita. El significante en este caso, sería lo que nos abruma en la presencia. Pero, no sé muy bien cómo, se mantiene la certeza de ese exterior que sería algo así como el significado del significado y en el que reposa toda la verdad que pueda haber en esta operación.
El color, la pintura, sería inscripción en la carne, fruto de una ternura cuya fuente sufriente sería la luz. En aquello que nace se intercambia y muere en lo más profundo de la epidermis, lo profundo es la piel, como se ha dicho en algún otro comentario en este foro.
Lo curioso de la pintura, como material, como medio, es que es una simple película, o piel coloreada, que se deposita en la superficie preparada ad hoc y que es capaz de representar o expresar también, lo profundo. Ésa es su paradoja.
Puede ser que ahora empiece a ver algo de Ucelay en este retrato, se trata de la camisa. También creo que está bien visto lo introspectivo, la mirada que mira hacia adentro de todo gran egoista.