ultramarina

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Cuando te planteas el proyecto de construcción de una pieza destinada a un espacio público puedes pensar (esto siempre debe hacerse al principio, cuando se decide su ubicación) en una plaza, es lo más común, o en una esquina, también muy utilizada, o en un cruce de carreteras o de vías, también en un alto importante, o en un pórtico o en el frente de algún edificio muy significativo, o nada significativo; sobre la cubierta de una iglesia o lonja de envergadura, bajo o encima de un puente, o en un parque, o en el jardín que casi siempre contiene ese parque.

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Ante la posibilidad de construir una pieza destinada al parque, o al jardín, nosotros pronto pensamos en la luz, en la forma del objeto y en las formas que el objeto proyectaría sobre su entorno al anochecer. Contra la idea de escultura iluminada gracias al apoyo de un juego de focos (definición perfecta de escultura con muletas), entendida ésta como intruso que llega y se hace con el entorno, lo toma, lo domina como un humor maligno, contra esa idea de inútil superioridad, nosotros nos inclinamos por la construcción de un objeto que se integre al espacio que lo contenga, que se adapte a él aún manteniendo su diferencia y que, una vez llegada la noche, devuelva en forma de luz (pieza que ahora ilumina) toda la energía que acumuló durante el día.

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Por otra parte, este juego que se establece entre el jardín y la pieza en el jardín, entre el día y la noche, entre lo que se acumula y se proyecta, entre lo que se cuenta y lo que se esconde, entre lo que parece evidente y lo que se extraña, nos remite más al Locus Solus que construyó Martial Canterel en la novela homónima de Raymond Roussel que a cualquier otra propuesta jardinera ( recordemos aquí el sol encerrado al que se refería Foucault en un intento de definición de alguna de las tantas caras que presentaba la poliédrica personalidad del propio Roussel)

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A fin de cuentas amamos el jardín  (también el parque)  como un extraño puzzle, como un paraje encendido por el enigma, mecánico y salvaje, tan autónomo como necesitado de nuestra presencia, simple y complejo a un tiempo como lo es una idea, una palabra, un libro, un edificio, una ciudad, acaso todas las ciudades.

 Edu López. Extracto de «El Jardín encendido»  Texto de introducción a un Proyecto para Espacio Público  de  Rare Corporation.

Un comentario

  1. Para cuando esa tarde en el nuevo Montmorency? Pasear entre el enorme diamante de cristal, jugar con un gato sin pelo y hablar con la cabeza conservada de Danton……….

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