El Cuadro y la Mirada
La Historia del Arte parece enseñarnos que en un cuadro siempre hay algo cuya ausencia podemos notar, más allá de las imágenes que se pueden ver. Pero ver no es mirar.
El artista cuando pinta deposita las pinceladas como una lluvia de miradas. El espectador del cuadro puede ver la mirada materializada del artista. El cuadro es una cárcel de la mirada.
8 comentarios
El cuadro demanda con dulzura una probable mirada, cárcel es una palabra un poco fea, porque implica privación de libertad. Creo que lo que ocurre es que, a veces, unas miradas se quedan, pero por voluntad y porque les gusta lo que ven y no se cansan de mirarlo.
retomando la célebre frase de Malraux: «nace de aquello que arde»
No era Bretón quien pedía abandonarlo todo?
Hay miradas que matan, de deseo, lúdicas, furtivas, cómplices. En esta vida estamos mirándo todo el tiempo y al final te das cuenta que la única válida es la que menos practicamos: la mirada hacia dentro
pero… cómo llegas al final, carisimo Jorge. desde que Narciso se cayó al río, ay ay ay ay cómo se lo lleva el río, cada ves que nos miramos al espejo es él quien nos ve, y por lo que sé, no está muy decidido a dejarnos su puesto a pesar de la humedad del lugar. de modo que el final siempre queda lo lejano que se ve, aunque como es verdad que para nada necesitamos concluir, este » de modo que…» también está de más.
Bretón en realidad quiso decir abanderarlo todo.
Más madera, pide Groucho, que el fuego llega a la locomotora.
El final tarde o temprano siempre llegará, así que mejor estar preparado. Aunque si miras profundamente en tu interior quizá veas que no hay final y que todo es un devenir. Simplemente pasamos a otro tipo de vida.