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(…) Los estallidos de la vida señalando siempre las insuficiencias de cualquier construcción, es a lo que suelo referirme cuando hablo de la imposibilidad de construir un lugar perfecto, y a todo intento de lectura que inevitablemente lo es también de su ilegibilidad, pero es sumamente sugerente esa idea musical y poética de que siempre habrá un vacío que nosotros  ocupamos con el nuestro. Lo construido requiere la mutación para adaptarse al cambio, y es así de forma no tan distinta como los invertebrados mudan su exoesqueleto cuando éste dificulta su crecimiento, aun cuando abandonadas y vacías las cáscaras de su límite, no tengan ya otro destino que la integración en el flujo de materia  descomposición y reciclaje que llamamos vida. Así pues, la Itaca serena, el tránsito que en su relación con el no lugar de Marc Augé carecería de objeto si no fuese por los dos tiempos y lugares que delimita y enlaza es cuanto tenemos, te doy pues permiso para organizar como gustes el fichero de Juan Larrea Versión Celeste.

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