En mayo de 1939, con la amenaza de la inminente guerra con Alemania, el joven arquitecto Ralf Erskine (Londres 1914) decidió marchar a Suecia con una bicicleta, una mochila y un saco de dormir. Un granjero de la zona ofreció a Erskine un solar en una ladera de Lissma, cerca de Djupdalen, para que se pudiera construir una pequeña casa que llegó a conocerse con el tiempo como The box.
Con sus pequeñas dimensiones, 6m x 3,6m, contenía dos espacios: una cocina y una sala de estar que hacía las veces de dormitorio y sala de trabajo. El escritorio de Erskine podía desplegarse en el muro de almacenamiento que corría todo a lo largo de la pared norte como aislante.
Con este propósito apilaron troncos en el exterior,sobre el mismo lado, convirtiendo esta fachada durante los inviernos en una fachada de maderas a tizón.
No existe arte sin utopías personales que lo sustenten, afirma Pilar Blanco. Caja Lissma. Espacios generativos hacia una cultura del proceso, del diálogo, del trayecto.